Si nunca has probado el trail running, es decir, a correr por montaña, te animamos a hacerlo incribiéndote en una competición que te resulte atractiva por su cercanía, interés turístico o recorrido, pero que no sea muy técnica, o lo que es lo mismo: que no disponga de demasiados obstáculos ni grandes desniveles.
Para que una carrera sea considerada oficial por parte de la Federación Española de Montaña y Escalada debe contar con una distancia mínima de 21 kilómetros, con un desnivel mínimo acumulado en subida de 1.000 metros. No obstante, existen competiciones de trail de 10 kilómetros con diferentes desniveles, que son perfectas para romper mano.
A continuación te ofrecemos unos consejos que te resultarán útiles para afrontar tu primer reto trail. Te aseguramos que te enganchará de la misma forma que te enganchó empezar a correr.
Empieza con una distancia corta
Si puede ser un 10K, aunque el circuito no esté homologado, o haya muy pocos corredores inscritos, lo importante es que en tu primera toma de contacto con el trail seas conservador, pues una 10K en montaña puede ser mucho más dura que una 15K o una 21K en llano.
En la misma línea del consejo anterior, pero matizando; en el trail no cuenta tanto la distancia como la dureza del recorrido. Aunque seas un apasionado del medio maratón o del maratón y tus tiempos sean buenos, no cometas el error de pensar que 10K va a ser un paseo. Tardarás mucho más tiempo y el sufrimiento será mayor. Incluso puedes llegar a querer abandonar.
Es necesario que antes de inscribirte en tu primera competición de montaña hagas unas cuantas sesiones de cuestas, y busques un terreno irregular en tu pueblo o ciudad para realizar varias sesiones de entrenamiento. Piensa que en competiciones sobre asfalto solo tienes que preocuparte por mirar hacia adelante y dar zancadas, pero en el trail tienes que estar atento a la superficie que pisas, evitando constantemente tropezar con piedras, raíces, nudos, hoyos… además de controlar los desniveles para no quemarte en exceso en las subidas, ni resbalar en las bajadas.
Anticípate a las condiciones de una carrera trail
Antes del día de la carrera, o mejor aún, antes de inscribirte debes estudiar bien el perfil del circuito para tener una idea de lo que te espera. Presta especial atención a los puntos de avituallamiento y a los cambios de rasante. En una carrera de trail, la estrategia lo es todo. También debes pensar en protegerte del sol con una gorra o visera si se prevé calor intenso, o con un headlight (foco para la cabeza) si vas a correr en condiciones de baja luminosidad.
Una vez comience la carrera, debes realizar una salida moderada. Aunque seas un runner de ciudad experimentado, no estás acostumbrado al terreno y debes ser muy prudente, ya que un esfuerzo excesivo al principio puede acabar contigo antes de que llegues siquiera a la mitad del recorrido. Si al competir sobre terreno llano y asfaltado es importante no salir como un toro y guardar un plus de energía para afrontar los últimos kilómetros, en un trail esta máxima es doblemente válida.
Trail running mejor en compañía
Llévate un pequeño mapa del terreno o instala un navegador GPS en tu smartphone. No es lo habitual, pero en carreras con muy pocos participantes puedes llegar a desorientarte. En realidad lo mejor es que vayas siempre pegado a otros corredores de tu mismo nivel, o que afrontes la carrera junto a un amigo con experiencia previa.
Debes hidratarte y reponer energías con regularidad. Para ello es aconsejable que lleves geles o barritas energéticas, además de beber o comer en los puntos de avituallamiento dispuestos por la organización. Lo adecuado es un gel por cada hora de running, pero sólo si estás acostumbrado a ellos. La competición no es el mejor escenario para realizar experimentos.
Eres un trail runner, no una mula de carga
Aunque el consejo anterior sugiere lo contrario, debes llevar la carga justa. No salgas con dos botellones de agua, una malla de plátanos y una antena parabólica en la cabeza. Piensa que todo el exceso de lastre que cargues lo tendrás que soportar en condiciones duras, y a medida que avancen los kilómetros empezarás a pensar que te sobra peso por todas partes. Para distancias trail cortas, mejor una riñonera que una mochila.
Aunque no es imprescindible, el recorrido te resultará más llevadero con un calzado que agarre mejor en desniveles y que soporte mejor pisar sobre piedras. Intenta correr con unas zapatillas de trail, más adecuadas para terreno irregular, y si vas a comprarte unas nuevas, entrena primero con ellas para acostumbrarte.
Si te ves sin fuerzas, no hay vergüenza en pasar a footing ligero o incluso a ir andando un tramo, pero intenta no parar del todo (en la medida de lo posible), o de lo contrario perderás el ritmo, tu musculatura se enfriará, y te resultará mucho más duro retomar la carrera.
Sé responsable con el medio ambiente. No lances al suelo vasos de plástico, botellines o paquetes de gel después de consumirlos. Si hace falta llévalos en la mano hasta que pases por un punto de avituallamiento de la organización.
El trail es otro tipo de running
En definitiva, una carrera de trail es una experiencia muy diferente a correr por asfalto llano. Si alguna vez has participado en una carrera rural, te habrás dado cuenta de que los tramos que discurren por terreno agreste son mucho más duros, ya que las pendientes y la irregularidad del terreno te hacen bajar de ritmo constantemente. Pues bien: una trail es mucho peor. Pero también es un reto que te dará mayor satisfacción al terminar.
¿Te atreves? ¿Has corrido ya alguna trail? ¿Estás pensándotelo? ¡Cuéntanos tu experiencia!