El mercado editorial (y más ahora con la fiebre del running) está un poco saturado de libros de superación deportiva y manuales del corredor. Algunos son ciertamente aburridos, o demasiado técnicos. Otros sirven para motivarnos y mejorar nuestras marcas. Pero en mi opinión, pocas obras hay tan enriquecedoras para un runner de cuerpo y alma, como el viaje (casi espiritual) que nos ofrece «Correr con los keniatas«.
Me encontré con este libro por casualidad. O quizás él me encontró a mi, puesto que apareció en una selección de items relacionados con mis preferencias de Amazon.
Ahí estaba, un libro del que había oído hablar bien, en alguna parte, a un precio rompedor: apenas 5 euros, frente a los 18 eurazos que valía la edición en tapa blanda. ¿Descubrir el secreto de los keniatas por 5 euros? Imposible resistirse.
Satisfecho el impulso de compra, Correr con los keniatas se descargó automáticamente en mi Kindle, y ahí se quedó. Otro eBook más añadido a la larga cola de lecturas pendientes. Hasta que decidí ojear las primeras páginas… y quedé atrapado con Adharanand Finn en el Valle del Rift, deseoso por descubrir el secreto de los keniatas.
El camino es el viaje
Finn, protagonista (y autor del libro), prepara a su familia y abandona Devon (Inglaterra) para mudarse a la pequeña ciudad de Iten, cuna de los atletas keniatas que arrasan en competiciones internacionales. Todavía no tengo muy claro cómo lo hace, pero el maldito embaucador convence a su mujer para viajar a Kenia junto a sus dos hijas pequeñas, visitar a unos familiares, y «ya de paso……», salir a entrenar todos los días por los caminos de tierra, junto a viejas y actuales glorias del atletismo africano. De una vida de lujos y protecciones, encerrados en la lluviosa Inglaterra, a una vida de incomodidades y vicisitudes.
No te convertirá en Wilson Kipsang
Correr con los keniatas no pretende engañar a ningún lector, y desde el primer momento deja claro con su prosa sencilla y directa, desprovista de artificios literarios, que es tan sólo una invitación a viajar junto al autor, en busca de unas respuestas que pueden no llegar nunca. Ni ofrece claves para ganar una maratón, ni propone planes de entrenamiento mágicos. Es sólo una bonita experiencia compartida, que te emocionará si amas el atletismo e imaginas que eres el propio Finn.
¿Me gustará Correr con los keniatas?
Si no «sientes el running», si no has pasado a «la siguiente fase» (esa en la que siempre estás pensando en correr, o en cómo mejorar tu carrera…), si no te intriga saber cómo viven esos monstruos del atletismo, cómo se convierten en lo que son, y donde terminan sus días cuando dejan de ganar trofeos… entonces Correr con los keniatas de Adharanand Finn te resultará un tostón. Garantizado.
De lo contrario, te apasionará la capacidad de Finn para explicar de forma llana las diferencias entre la vida en Iten y las comodidades occidentales. Adharanand Finn no es un corredor de élite, y precisamente por ello conecta mejor con el lector. Finn entrena duro, pero se enfrenta a los mismos problemas que la mayoría de corredores occidentales… compaginar el running con su vida laboral y familiar.
¿Pero descubre el secreto o no?
Ahhh, preguntas, preguntas… ¿Cuál es el secreto de los keniatas? ¿Como entrenan? ¿qué es lo que comen? ¿que calzado utilizan? ¿Van descalzos? ¿Es correr en altitud una ventaja? ¿Es la temperatura? ¿Es porque aprenden a correr desde pequeños? ¿Es la postura? ¿La respiración? ¿Su genética? Si alguna de estas cuestiones te intriga de verdad, puede que en Correr con los keniatas halles ciertas claves. Y hasta aquí puedo leer 😉
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