Consciente o inconscientemente, un porcentaje muy elevado de runners entrenan más kilómetros de los que deben, corren a ritmos demasiado altos, o se saltan los días de descanso necesarios para recuperarse.
Esto acaba por pasarles factura en forma de molestias y sobrecargas musculares e incluso lesiones.
Por ello, detectar o -mejor aún- evitar el sobreentrenamiento es una de las claves para mejorar nuestro rendimiento como corredores. Te lo explicamos a continuación.
No te exijas lo mismo que un corredor de elite
Por bueno que seas, como corredor aficionado nunca tendrás el tiempo ni los medios de recuperación de los que dispone un atleta profesional. La mayoría de nosotros debemos afrontar una jornada laboral, estudios, obligaciones familiares, estrés, desplazamientos por la ciudad, encuentros sociales… Un atleta de elite solo tiene como obligación entrenarse siguiendo un plan estudiado, y además dispone de medicina y tratamientos regenerativos personalizados.
Incluso aunque hayas entrenado poco, si notas que tus músculos están cansados, déjalos regenerarse. ¡Escucha a tu cuerpo!
Conoce tus límites para poder ampliarlos
Para poder correr más lejos, más rápido o más tiempo, primero tienes que saber dónde están tus límites, e ir ampliándolos poco a poco. Cuando te pongas a correr, es preciso que sepas hasta donde puedes exprimirte en los entrenamientos, y el tiempo que necesitarás para recuperarte. De lo contrario el entrenamiento sólo te servirá para quemarte.
Aprende a dosificar el esfuerzo, y aumenta la carga de trabajo poco a poco. Un incremento del 10% sobre la semana anterior ya es mucho. Si la semana pasada hiciste 30 Km en total, no pretendas hacer 50 Km en esta, o tu cuerpo «se extrañará» del sofreesfuerzo y te dejará restado para la siguiente. Ejemplo: si tu tirada larga semana (el día de la semana que más kilómetros corres) es de 15 Km, no subas la siguiente a 20 Km. Sube a 16 o 17 Km. Y así poco a poco…
No existen los atajos
Mejorar marcas en un lapso corto de tiempo es poco habitual. Al ver a otros amigos o conocidos con buenos tiempos en carreras populares, no cometas el error de pensar que lo han conseguido de forma fácil, porque quizás ellos llevan muchos más años practicando esta disciplina, o están más preparados que tú a nivel físico, o han seguido un entrenamiento mejor planificado que el tuyo.
Tú eres tu único rival
En realidad, el único rival que tienes en el running eres tú mismo, por mucho que te preocupe hacer tal o cual marca, o quedar delante o detrás de fulanito. Piensa en ir batiendo tus propias marcas con un entrenamiento adecuado, y evita los esfuerzos desproporcionados.
Cuando intentas emular a otros más veloces o resistentes que tú, es cuando te chocas con el muro en una carrera, o sobrecargas tus músculos y te sobreentrenas.
Con el running nuestras articulaciones sufren más de la cuenta y un exceso de entrenamiento suele acabar en lesión o sobrecarga. Eso significa que conseguirás justo lo contrario de lo que pretendías: te verás obligado a reducir de manera inmediata la intensidad y el volumen de tus sesiones, o en el peor de los casos a parar del todo, perdiendo las adaptaciones que habías ganado hasta ese momento.
Mejora tus marcas poco a poco
Aunque parezca mentira, subir repentinamente el volumen o la intensidad de tus entrenamientos no sirve para mejorar, solo para quemar el cuerpo. Para mejorar tus marcas, debes aumentar la carga de manera gradual, estando muy pendiente de cualquier síntoma de fatiga acusada. Con el sobreentrenamiento notarás una fatiga muscular generalizada, un incremento de las pulsaciones en reposo y una mayor irritabilidad.
La mayoría de corredores intentamos ser un poco mejores cada día, y por ello es habitual caer en la trampa de entrenar por encima de nuestras posibilidades, pensando en batir nuestras marcas o las de un competidor.
Ponte en manos de un entrenador
Generalmente fijarse metas es una motivación útil, pero en ocasiones puede llegar a convertirse en una obsesión. Si no eres capaz de controlar tus ritmos de entrenamiento, lo mejor es que te pongas en manos de un entrenador profesional, o de un asesor que adapte las cargas de entrenamiento a tus condiciones físicas. Con ello conseguirás evolucionar de una manera natural y sin caer en el sobreentrenamiento.
Y tú ¿Has notado alguna molestia o sobrecarga por empujar tu cuerpo más allá del lo debido? ¿Sabes rodar a un ritmo tranquilo? ¿Planificas y estudias tus entrenamientos? ¿Dejas descansar al cuerpo?